jueves, 11 de agosto de 2011

La conciencia del alma y la conciencia del cuerpo


La conciencia del alma y la conciencia del cuerpo.
Lic. Patricia Sahade

Como seres humanos nuestra tarea es coordinar y honrar a dos tipos de conciencia diferentes que conviven en nosotros y de las que paradójicamente no somos del todo concientes: la conciencia del alma y la conciencia del cuerpo.
“En el hombre conviven un animal que asciende y un ángel que desciende”
Dr. Jorge Carvajal Posada

En nosotros conviven un alma y un cuerpo físico o entidad biológica.
El alma trae la experiencia que ha recogido en miles de encarnaciones.
El cuerpo trae el legado de nuestros ancestros.
Tanto el cuerpo como el alma poseen conciencia. Y ambas conciencias están conectadas con la conciencia total del Universo.
Son la totalidad. No discriminan. No piensan. Simplemente son.

Toda la información que traen, se combina en cada uno de nosotros, aquí, hoy, dando lugar a esta, nuestra experiencia particular en el planeta Tierra.
Estas dos conciencias, la conciencia celular y la conciencia del alma, son diferentes y necesitan convivir.
Los deseos, anhelos y aspiraciones son propios del alma.
La supervivencia y la seguridad son necesidades del cuerpo, o de nuestra entidad biológica.
Es importante honrar las necesidades de ambas.
Sin embargo no es sencillo para nosotros dialogar con ninguna de ellas.
¿Por qué?
Porque hemos desarrollado otro tipo de conciencia, a la que llamamos mente conciente o mente analítica. Hemos adquirido la capacidad de pensar.
Y si bien evolutivamente la mente conciente es un avance extraordinario, que nos permite ser concientes de nosotros mismos, nos permite observarnos, nos permite elegir, nos permite buscar intencionalmente, nos posibilita el pensamiento a través del cuál creamos nuestra vida; está en una etapa de su evolución que no le permite aún ser con facilidad el nexo entre cuerpo y alma.

“Desde el punto de vista de la Medicina Tradicional China, el ser humano es aquel que une lo celeste con lo terrestre. Es decir, la conciencia del hombre unifica al ser material con el ser espiritual a través de energías-conciencia que evolucionan…”
Celia Iñiguez Sánchez

La mente conciente está aún aferrada a sistemas de creencias, que no le permiten percibir la realidad sin preconceptos, sin prejuicios, sin condicionamientos. Tiene tendencia a interpretar, y a explicar sus percepciones, antes que aceptarlas por lo que son.
En consecuencia aún le es difícil percibir y comprender los lenguajes del cuerpo y del alma.

Se necesita una mente en extremo sagaz, un corazón extraordinariamente flexible, para darse cuenta de lo que es y seguirlo; porque lo que es está en movimiento constantemente, está transformándose constantemente; y si la mente está amarrada a la creencia, al saber, deja de seguir el veloz movimiento de lo que es. Lo que es no es estático, se mueve constantemente, como veréis si lo observáis muy de cerca. Y para seguirlo necesitáis una mente activa y un corazón flexible, algo imposible cuando la mente es estática, cuando está fija en una creencia, en un prejuicio, en una identificación; y una mente y un corazón secos no pueden seguir fácil y velozmente a aquello que es.
Krishnamurti

Para lograr armonía en el ser humano. Necesitamos poder armonizar todos los aspectos de su ser y para eso necesitamos comunicarnos con todos ellos.
La conciencia celular guarda los patrones de conducta adquiridos y nos impulsa a dar respuestas automáticas a los diferentes estímulos con que el medio nos confronta. Como busca nuestra seguridad y supervivencia, se asegura de que repitamos los patrones conductuales que resultaron eficaces en algún momento.
La conciencia del alma, sabiéndose eterna, busca darle significado y propósito a nuestro tránsito por esta vida. Conectándonos con ella, recibiremos inspiración y ampliaremos nuestras perspectivas.
Tenemos entonces que coordinar la mente conciente, la conciencia celular y la conciencia del alma. ¿Cómo hacemos para comunicarnos con cada una?
El lenguaje verbal, ya sea en forma de pensamiento o de la palabra hablada o escrita, es la vía de comunicación que tenemos con la mente conciente.
El testeo muscular nos permite conectarnos con la conciencia celular.
A la conciencia del alma podemos acceder a través de la intuición, la meditación y fundamentalmente la intención. Muchas veces nos es difícil poder confiar en nuestra intuición, debido al cuestionamiento permanente de la mente conciente y, con frecuencia, dejamos de intentarlo.
Afortunadamente, tenemos un atajo.
Como hemos dicho anteriormente, tanto el cuerpo como el alma están en comunicación permanente con la conciencia total del Universo, del que son y somos parte. Por tanto están en comunicación entre sí sin la intervención directa de la mente conciente. Entonces a través de la conciencia celular, vía el testeo muscular, podemos acceder a la comunicación con la conciencia del alma. De esta forma, y sabiendo preguntar, podemos recibir parte de su sabiduría.
Para hacer esto es fundamental lograr un alineamiento con el alma antes de utilizar el testeo para evitar que la mente conciente interfiera.
Conciencia Celular como técnica busca facilitar el reequilibrio de aquellos aspectos que percibimos están en desarmonía.
Una vez establecida una alineación Alma-Mente-Cuerpo.
La mente conciente formula pregunta que son respondidas con la asistencia del alma y utilizando la información que el cuerpo nos brinda a través del testeo muscular.
De esta manera, integrando los tres aspectos, establecemos un diálogo en el que podemos saber qué es lo que necesita la persona con la que estamos trabajando, cuáles son sus prioridades y qué herramientas son más adecuadas para utilizar en cada particular situación.

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