sábado, 12 de noviembre de 2011

ALMAS EN PENA:
No todas las almas alcanzan el descanso tras la muerte, pues hay algunas que están condenadas a vagar por la tierra durante largo tiempo, a veces durante toda la eternidad.
Para que un alma goce del descanso eterno es necesario que sea enterrada apropiadamente en un terreno consagrado para ello (cementerio). De lo contrario, el alma corre sin descanso por el mundo de los vivos, buscando a alguien que le de una oportuna sepultura.
Se cuenta en algunos poblados de México, el caso de un monje que fue enterrado en un cruce de caminos, lejos del campo santo, cuya sepultura aparecía revuelta todas las mañanas. Los monjes de su monasterio se dieron cuenta de su error, comenzaron a desenterrarlo y en ese momento se les apareció el viejo monje, que les dijo “enterradme en sagrado que estoy en el cielo”: Y así hicieron.
Muchas veces, el difunto ha cometido grandes pecados, y está obligado a redimirlos, bien en el Purgatorio, bien formando parte del séquito de el entierro o bien realizando trabajos para los vivos.
Pero no debemos creer que los difuntos sólo se nos aparecen de forma fantasmagórica: A menudo se convierten en animales, como pájaros, cerdos o mariposas, que se acercan a los vivos para enviarles un mensaje. En este sentido, las aves agoreras, aquéllas que anuncian la muerte y otro tipo de desgracias, no son más que ánimas reencarnadas.
En otras ocasiones, el alma no descansa debido al incumplimiento de una promesa que debíamos de haber cumplido en vida, o por no haber sido celebrado el funeral debido.
Mirad el cielo en una noche de verano: Está lleno de luminarias, de centelleantes estrellas. Mas, ¿qué es aquél reguero informe de aspecto lechoso que cruza el firmamento? Es la Vía Láctea…formada por almas…que tras la muerte realizan…el camino de la sepultura a el cielo.

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