martes, 15 de noviembre de 2011

El Caos y su Magia
Por Peter Carroll

Crowley ciertamente ayudó a dar la patada en contra del monoteísmo pero el proceso estaba ya bien adelantado. La ciencia, que básicamente había evolucionado de la magia renacentista, tenía al monoteísmo más o menos rendido como a un grave parásito que atacaba las culturas avanzadas. Crowley era un entusiasta con respecto a la ciencia, algo que no era de extrañar en su tiempo, pero en el trabajo de Austin Osman Spare comenzamos a detectar un cierto presentimiento por parte del escritor. No obstante es el trabajo de Spare el que parece más austero y científico cuándo es comparado con algunas de las más simbólicas extravagancias barrocas de Crowley. Spare negó las simbologías clásicas de épocas olvidadas y buscó la magia de sus arcanos personales. Usando el mínimo de hipótesis él desarrolló una magia a partir de sus propia subconsciente y memorias raciales. Independientemente de los sistemas complicados él desarrolló técnicas efectivas de encantamiento y adivinación requiriendo sólo ilustraciones y lenguaje común.
El trabajo de Spare constituye el puente entre un estilo más antiguo de magia traída a la acción por Crowley (que derivó en su mayor parte del carisma, poder y potencial liberador de su religioso estilo de anti-religión) y la nueva magia. La nueva metodología está caracterizada por un tipo de anti-ciencia científica. Esto paulatinamente se le llegó a conocer como la Magia del Caos. No sería más conveniente apodar a la Magia de Caos seudo-ciencia que lo que sería apodar a las ideas de Crowley como seudo-religión. Normalmente la astrología es practicada como mera seudo-ciencia al igual que el satanismo y la francmasonería como sudo-religiones.
La Magia de Caos trata de demostrar que la magia no sólo se ajusta cómodamente dentro de los intersticios de la ciencia sino que los más altos logros de la teoría científica y el empirismo realmente demandan que la magia exista. Esto es algo análogo al modo en el cual muchas teorías religiosas implicaron la posibilidad de la Teúrgia o magia demoníaca.
La mejor magia siempre ha tenido un fuerte sabor antinómico. Los magos más notables invariablemente han luchado en contra de preponderar las obsesiones y normas culturales. Sus victorias representan no sólo una liberación personal pero también un avance para la humanidad. La historia no nos ha legado registros de los magos renegados chamanes que causarían el advenimiento del paganismo, pero sabemos algo de los magos antipaganos que crearon el monoteísmo: Akhenaton, Moisés, Gautama, etc. Como el monoteísmo se volvió una más y más represiva y obscena fuerza, una nueva generación de magos surgió y se le opuso. Algunos se opusieron demasiado abiertamente y fueron destruidos; Otros fueron más sutiles y plantaron semillas efectivas de destrucción a un nivel puramente filosófico, y otros apuraron su destrucción tomando ideas teológicas y teúrgicas a niveles escandalosos. El elenco es aquí mucho más grande, incluyendo a personalidades tales como Gordiano Bruno, Cornelius Agrippa, John Dee, Cagliostro, Eliphas Levi, y recientemente, Aleister Crowley.
El gran logro de Crowley, aparte de su montañismo y su moralidad futurista fue descubrir las técnicas de poder del Tantra, Yoga, gnosticismo, taoísmo y Chamanismo. Él tuvo el valor de aplicarlos al más bien desecado, intelectualizado y agotado ocultismo de su época y creó algo de interés e importancia duradera. A mi parecer el error de Crowley fue aceptar sus visiones místicas literalmente y volverse dogmático acerca de ellas. Él descubrió técnicas de desatar la creatividad y los estupendos poderes del hemisferio cerebral derecho y la subconsciencia, pero estaba tan asombrado con el resultado que asumió que era de origen no humano, y todo esto a pesar de su sentencia de que... no hay dioses sino hombre.
Lo que los Magos del Caos tratan de hacer es romper con el poder de la perspectiva tan limitada de la ciencia y del ejercicio de la racionalidad sobre nuestras imaginaciones y forzar a la ciencia a transformarse en algo menos opresivo.
Para hacer esto seleccionan como armas algunas ideas muy simples. La Magia del Caos se concentra en la técnica que subyace en todos los sistemas, desde la Brujería a la Hechicería Tibetana, que el mago eclécticamente dispuesto puede usar: Hay una unidad básica de técnicas y prácticas que reside en la visualización, la creación de entidades imaginadas y estados alterados de conciencia logrado por ya sea meditaciones inactivas o eufóricas. El método ecléctico significa que la creencia misma puede ser considerada como una técnica para lograr las metas de uno. Otra consecuencia del principio de relatividad de la creencia es que se considera que todas las creencias son arbitrarias y contingentes.
Por consiguiente todas las nociones de verdad absoluta sólo existen si elegimos creerlas en algún momento. El lado del anverso del principio "nada es verdad " es que "todo está permitido", y los Magos del Caos a menudo pueden crear inusual hiper-ciencia y mapas bujeriles de realidad como bases y estructura teórica para su magia.
Los adelantos neurofisiológicos combinados con el principio de relatividad de la creencia debería conducir al mago moderno a considerar la revelación con fresco escepticismo. Ciertamente los componentes antiguamente insospechados de nuestros cerebros pueden ser aun más creativos que los componentes conscientes, y ningún mensaje de los dioses, no importa cuán extraordinario y abrumador, debería ser tomado como la prueba de algo más allá de nuestros extraordinarios poderes, aun si estos son acompañados por milagros.
El rechazo de cualquier realidad externa absoluta, verdad o significado puede parecer un principio paradójico o hasta horroroso en el cual basar una búsqueda espiritual. Personalmente no pienso así. La verdad absoluta sería entonces tiranía absoluta e históricamente siempre lo ha sido. Prefiero la libertad de forjar mi propia perspectiva espiritual. La evidencia de mis sentidos sugiere que el universo es básicamente aleatorio dentro de límites arbitrarios que surgen caprichosamente. La realidad es una jerarquía de accidentes controlados por la pura casualidad. Hasta los llamados "principios científicos" son sólo estadísticas aproximadas describiendo los tipos más persistentes de accidentes. Soy libre, no porque la libertad me fuera conferida sino que como consecuencia de que mi ser es una creación puramente accidental con patrones aleatorios de comportamiento.
La Magia del Caos necesariamente implica un cierto anti-politismo individualista o incluso anarquía. Es explícitamente una ilusión el que las personas sean regidas por la política. Las personas están regidas por filosofías y modas, y es desde su alta posición que la Magia del Caos lanza su ataque sobre la realidad. Practicar magia significa activamente tratar de forjar un punto de vista espiritual en denegación de las normas culturales.
La magia se vuelve prominente cuando la frontera del ego se está expandiendo o contrayéndo. Por ejemplo, durante tiempos de innovación y descubrimiento, o durante tiempos de represión. Un renacimiento mágico profundo está ahora en marcha porque los confíes del ego están tanto en expansión como en contracción simultáneamente. La ciencia, las drogas, la psicología, las redes de comunicaciones y toda la parafernalia de la vida desde el tardío siglo veinte han expandido los aspectos de la conciencia hasta un grado que era inconcebible un siglo atrás.
Inversamente, muchos aspectos de la civilización industrial nos oprimen y por lo tanto se inmiscuyen en el territorio del ego. Las alegorías infantiles de religión han sido legítimamente descartadas pero el principio completo del yo como una entidad mística le ha dado un gran aventón al proceso. El ambiente natural está siendo contaminado para alimentar al industrial Behemoth y nuestra aptitud para relacionarnos con la naturaleza está menguando. Como el ritmo de la vida se vuelve más frenético, el valor de introspección va disminuyendo excepto en el arte donde es promovido para volverse grotesco. El consumismo y la perspectiva de Armagedón termonuclear son monstruos que están acechándonos a todos. Así con todas estas presiones sobre el ego, la magia se ha propagado rápidamente y ha cobrado una coloración bien definida a diferencia de sus antecedentes históricos. Hay una necrofilia y eclecticismo extraordinario y al mismo tiempo un deseo poderoso por prácticas anacrónicas. La Física Cuántica se codea con las prácticas del chamanismo natural y el Tantra que son utilizadas para propósitos parasicológicos implicando experimentos de telepatía arreglados vía satélite entre microprocesadores mientras que antiguos inciensos goéticos hacen humear las chimeneas con braseros hechos a mano.
Un renacimiento es señalado por la presencia de personas renacentistas, y el mago contemporáneo es en muchos sentidos una figura renacentista donde tal término es tomado en el sentido de implicación. Desafiante de las convenciones y paradigmas de su tiempo él busca -tanto hacia adelante como hacia atrás en el tiempo- técnicas para sortearlos. La religión, y la magia neo-religiosa que quizo combatir esto, están muertas o moribundas.

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